Buenos Aires, 17 dic (EFE).- Batman y Robin, el Gordo y el Flaco, Don Quijote y Sancho Panza. A lo largo de la historia son cientos las personas que transitaron su camino junto a un amigo, un compañero o un fiel escudero.
Por supuesto, el fútbol no es ajeno a esto y la selección argentina no es la excepción.
"Genio" o "Barrilete Cósmico" -en palabras del relator uruguayo Víctor Hugo Morales-, Diego Armando Maradona deslumbró al mundo en México 1986 antes de alzar la copa al cielo.
Lo hizo tras marcarle el doblete más famoso de la historia a Inglaterra en los cuartos de final y luego de vencer por 3-2 a la Alemania de Franz Beckenbauer.
Lo hizo junto a un equipo con muchas figuras, en el que Maradona tuvo su espalda protegida por dos futbolistas que también se destacaron a lo largo del certamen: Jorge Burruchaga y Jorge Valdano.
Treinta y seis años después la historia no es muy diferente. Argentina jugará otra final del mundo con un 10 que la rompe y que, a sus 35 años, gambetea a los rivales de la misma forma que lo hacía cuando comenzó a robarse las miradas de los fanáticos.
Lionel Andrés Messi es, hasta el momento, una de las grandes figuras de Qatar 2022, certamen en el que marcó cinco goles, en el que dio tres asistencias y en el que dejó atrás al mítico Gabriel Omar Batistuta para convertirse en el máximo anotador de la Albiceleste en estos torneos.
Dueño del premio "Jugador del Partido" en cuatro de los seis encuentros que disputó el once de Lionel Scaloni, también lo hace acompañado por dos figuras que lo acompañan y entienden su juego a la perfección: Ángel Di María y Julián Álvarez.
"LA PELOTA SIEMPRE AL DIEZ"
El calendario marcaba el 29 de junio de 1986 y el reloj decía que se jugaba el minuto 39 del segundo tiempo. El partido estaba igualado en dos tantos por bando.
José Luis Brown y Valdano habían adelantado a Argentina, pero la tranquilidad que otorga una ventaja de ese tipo se acabó cuando Karl-Heinz Rummenigge y Rudi Völler mandaron la pelota al fondo de las mallas.
Y allí sucedió eso que tan bien describe el conjunto de rock argentino Las Pastillas del Abuelo en una de sus canciones titulada "¿Qué es Dios?".
"Y Jesús dijo: Me voy / De tácticas ya no hablo / Pero un consejo les doy / La pelota siempre al diez / Que ocurrirá otro milagro".
Desde su campo, Maradona cedió de primera un balón profundo para Burruchaga, quien lo esperaba solo y en pocos segundos completó la tarea con un toque corto ante la salida de Harald Schumacher para decretar el 3-2 final.
Argentina fue campeón, el 'Pelusa' marcó cinco goles, Valdano hizo cuatro y 'Burru' cerró el torneo con dos gritos.
"AL BUEN ENTENDEDOR, POCAS PALABRAS"
Este martes, parado sobre un costado del campo de juego, Messi hizo un gesto y se alejó de Joško Gvardiol, Álvarez se paró con el número 20 de Croacia, tocó el balón para la 'Pulga' y se instaló en el área para darle la pincelada final a la última obra de arte que pintó el capitán.
El '10' y el '9' -quien se quedó con la titularidad en el tercer partido del Mundial enviando al banquillo a Lautaro Martínez- sellaron una sociedad perfecta.
Una sociedad que Álvarez jamás hubiese soñado cuando en 2011 se aproximó a la concentración de la selección en la Copa América para tomarse una foto con quien en ese momento brillaba con la camiseta del Barcelona.
Fichado en el mercado de invierno europeo por el Manchester City, el joven delantero ya suma cuatro gritos en Qatar 2022, uno menos que los que acumula Messi.
Y aunque una lesión lo dejó afuera del último encuentro y aún no pudo marcar en el Mundial, el 'Fideo' Di María -autor del tanto que le dio a Argentina la última Copa América- también es una pieza importante de ese tridente encabezado por el siete veces ganador del Balón de Oro.
Valdano-Burruchaga o Di María-Álvarez. Cada fanático elegirá la dupla que prefiera, pero una cosa deberá tener clara: sea cual sea, la espalda del '10' estará bien cuidada.
Santiago Carbone