Lusail, 28 nov (EFE).- Criticado por su estilo defensivo, por no dar rienda suelta al talento portugués que llama a la puerta desde unas categorías inferiores en la que es potencia, finalista en las últimas ediciones de los Europeos sub-21 y sub-19, este lunes frente a Uruguay Fernando Santos fue ofensivo en los cambios con 1-0, y fue justo el momento en el que más sufrieron los suyos.
4-4-2 habitual de inicio con Cristiano Ronaldo y Joao Félix arriba, pero con Rafael Leao, estrella del Milan y goleador en el debut contra Ghana, en el banquillo. Su principal jugador de desborde por banda esperó su oportunidad hasta el minuto 69, en un cambio atípico de Fernando Santos.
Ruben Neves se fue al banquillo y entró Leao, dejando a William Carvalho como único centrocampista puro. Fernando Santos se desgañitó en la banda intentando explicar a los suyos el esquema, retrasando a Bernardo Silva, siempre trabajador en defensa desde que Pep Guardiola le moldeó en el Manchester City, y a Bruno Fernandes; pero el desorden se apoderó de Portugal.
Desde ese momento y hasta el minuto 82 fueron los mejores minutos de una Uruguay plana, sin fútbol en sus botas. El empate frente a Corea del Sur no fue un traspiés.
En solo 13 minutos Uruguay tuvo hasta cuatro ocasiones claras. Un trallazo de Maxi Gómez al palo, Luis Suárez al lateral de la red, mano a mano errado de Giorgian de Arrascaeta y un balón que le arrebató Joao Cancelo a Suárez cuando se relamía para rematar.
Fueron los únicos momentos en los que Uruguay creyó que de verdad podía sacar algo, aprovechando un atrevimiento poco visto en Fernando Santos y que pudo costarle caro. Sin embargo, en el minuto 82 reaccionó, reforzó el centro del campo y Portugal volvió a dominar. Bruno Fernandes hizo el 2-0 de penalti, tuvo el triplete en sus botas y certificó la clasificación de los suyos para los octavos de final del Mundial de Catar.
Óscar Maya Belchí