Doha, 5 dic (EFE).- En el foco por los riesgos que asume en la salida de balón, también por la derrota contra Japón (2-1), el partido de los octavos de final contra Marruecos propone una reválida para Unai Simón, el portero de la selección española de Luis Enrique Martínez, por todos los recursos que despierta en el inicio de todo para el equipo, de cada jugada de ataque, para generar superioridad desde atrás como un jugador más, con un porcentaje de error de sólo un 6 por ciento en el Mundial 2022.
"Tampoco somos gilipollas, si Unai ve que tiene que pegar un pelotazo lo va a dar. Tenemos una idea que es atacar desde el portero al delantero o el que haga el gol. Obviamente, a veces tomamos riesgos y si perdemos el balón hay que estar juntos para poder recuperarla. Son conceptos del juego en los que tenemos riesgos, pero lo tenemos bien trabajado", expone el centrocampista Koke Resurrección en declaraciones a EFE.
"Hay momentos, en situaciones del partido cuando estamos tan ahogados y presionados, no pasa nada por pegar un balón arriba y salir a por ellos. Es difícil medirlo, pero, si mejoramos en ese aspecto, crecerá el equipo y situaciones en las que parece que nos va a dar un infarto, mejorarlas para que no nos pase", añade el futbolista del Atlético de Madrid, que disputa su tercer Mundial con la selección española, tras Brasil 2014 y Rusia 2018.
Aunque la sensación es que el guardameta vive al filo del error, sobre todo cuando los adversarios, tanto como han estudiado a España, lo presionan arriba para forzar el fallo, éste se reduce a un seis por ciento nada más en el Mundial de Qatar 2022.
Los números describen la seguridad con la que se mueve el cancerbero en ese mecanismo tan crucial para su conjunto: ha intentado 128 pases y ha entregado con éxito 121. Sólo perdió siete.
Por partidos, conectó en todos los que propuso contra Costa Rica (36 de 36); no logró acertar con un compañero en cuatro de los 55 frente a Alemania, con la complejidad que tenía por la presión ejercida por el conjunto germano en el 1-1 en la gigantesca tienda nómada que emula el estadio de Al Bayt; y erró tres en la derrota por 2-1 ante Japón (37 de 34, con un 92 por ciento de acierto), aunque una perdida en tal zona es una ocasión de su oponente.
Comparativamente con dos ejemplos de guardametas en el Mundial que también se manejan bien con la pelota, como son Manuel Neuer y Diogo Costa, Unai Simón los rebasa con creces a los dos: el alemán tiene un porcentaje de acierto de 90 (119 de 131), mientras que el portugués, quizá sin tanta presencia en la iniciación del juego del bloque dirigido por Fernando Santos, tiene un 73 por ciento (75 de 102).
"Tenemos una filosofía que nunca cambiamos, da igual el equipo ante el que juguemos y el momento del partido. Eso no quita que sea necesario correr riesgos. A veces hay balones que es más inteligente jugarlos en largo. El 'míster' no nos pide salir tirando caños y paredes desde atrás. Esto es un Mundial, las diferencias son muy pequeñas y hay que ver que hay pocas cosas que ganar. Nos transmite total confianza para arriesgar cuando hay que hacerlo", expresa Rodrigo Hernández, 'Rodri', ahora como central titular los tres duelos.
EL 78 POR CIENTO DE RUPTURA DE LÍNEAS
Unai Simón rompe líneas con una certeza asombrosa. Según las estadísticas oficiales de la FIFA del torneo, el portero español rompe líneas en un 78 por ciento de las veces que lo intenta (15 de 19 ocasiones a lo largo de los tres primeros duelos de la ronda anterior) por el 60 por ciento, 18 puntos menos, que lo hace Neuer (20 de 30), o el 37 por ciento nada más de Diogo Costa, que lo ha intentado 37 veces y sólo lo ha conseguido 14.
"La instrucción es clara. Tenemos una manera de jugar muy concreta y es crear superioridad desde atrás. Es la mejor manera de prosperar y no perder el balón. Eso no significa tomar riesgos cuando no toca. Hay que poner en la balanza lo que puedes ganar arriesgando el balón en situación de presión máxima o lo que puedes perder con un gol. Muchas veces tienes más que perder que ganar, en esas situaciones se juega un balón largo y se cambia la presión", abunda el centrocampista del Manchester City transformado con buena nota a central en la selección en Catar, por su imponente salida de balón.
Él y Aymeric Laporte, los centrales, son los futbolistas con los que más pases intercambia, como es natural, Unai Simón en Qatar 2022, con especial énfasis en los 25 envíos que le dio a Laporte en el partido de la segunda jornada contra Alemania.
A la vez, el guardameta se ofrece con constancia para ser una salida para sus compañeros: hasta en 25 ocasiones contra Costa Rica, 29 en el España-Alemania (por las 20 de Neuer) y 10 ante Japón. En ese recorrido, recibió 30, 35 y 27 pases, respectivamente, a lo largo de esos citados tres encuentros.
"El míster es muy claro en ese sentido: nuestra filosofía no va cambiar por características de jugadores y manera de jugar. Pero somos inteligentes y sabemos cuando tenemos que arriesgar y cuando no. El otro día no estuvimos acertados, tuvimos que arriesgar menos y el equipo ha aprendido", admite Rodrigo respecto a la derrota de Japón, que puso en duda a Unai Simón en cuanto a las paradas, no tanto en la salida de la pelota.
Porque, ahí, sus números sí fueron peores que contra Alemania. El guardameta encajó un gol con un 0,99 de tantos en contra esperado, dentro de una métrica natural, ante el equipo germano. No fue así contra Japón, cuando recibió dos goles en tres tiros: encajó dos tantos cuando la situación de las oportunidades de sus adversarios, por la zona del remate, el lanzador y las probabilidades que concentra la suma de todos esos factores, predecía sólo 1,13 goles.
Iñaki Dufour