"Las dos experiencias anteriores no fueron como soñaba", asegura Azpilicueta con una sonrisa que muestra la esperanza ante la tercera. Llega con un pulso de pureza con Dani Carvajal por el lateral derecho pero, juegue más o menos, sintiéndose más importante en un vestuario en el que es el tercero más veterano tras Sergio Busquets y casi a la par que Jordi Alba.
"Al final el fútbol siempre te da otra oportunidad y el grupo está en una situación fantástica con una gran dinámica y una selección muy joven. Ya solo queda Busi de los campeones del mundo de 2010, solo seis tenemos experiencia en un Mundial. Desde ahí tenemos que estar unidos porque el fútbol cada día es más competitivo", apuntó.
Azpi disfrutó como aficionado del Mundial de Sudáfrica en el que España tocó la gloria por primera vez, siguiendo de cerca una selección en la que tenía mando en plaza en las categorías inferiores. En febrero de 2013, ante Uruguay, llegaba su estreno con la absoluta. Como titular. El 13 de junio de 2014, su debut mundialista en su séptimo encuentro con la absoluta.
El 1-5 de Países Bajos a España bajó a la por entonces campeona del mundo y doblemente de Europa de la nube en Brasil 2014. Y eso que España comenzó ganando con el tanto de penalti de Xabi Alonso antes de ser superada en una segunda parte en la que encajó hasta cuatro antes con la impotencia compartida de Casillas con una defensa en la que 'Azpi' ocupaba el lateral derecho.
El duro resultado no afectó a su titularidad en una defensa en la que Vicente del Bosque cambiaba una pieza, Gerard Piqué. Y nada mejoró ante Chile en un partido perdido en el primer acto encajando dos goles que fueron una losa. El fin de ciclo más abrupto.
Un pésimo recuerdo de Azpilicueta que ya no participó en el triunfo, sin nada en juego, de la tercera jornada ante Australia. España se volvía casa mucho antes de lo imaginado. "Voy a estar en tres ediciones del Mundial. Las dos primeras no salieron como esperábamos y, ahora, ojalá que la afición se sienta orgullosa de nuestro buen papel", deseó.
La primera opción de revancha para César no mejoró su mal sabor de boca. Cuatro años después estaba entre los elegidos de Julen Lopetegui para Rusia 2018 pero el cambio de seleccionador a horas del debut, la llegada de Fernando Hierro, provocó que las molestias que impedían jugar a Dani Carvajal, le diesen la titularidad a Nacho Fernández por delante de Azpilicueta ante Portugal (3-3)
Carvajal reaparecía ante Irán (1-0), el segundo triunfo que Azpilicueta vivió de cerca en un Mundial pero en el banquillo. Y se fue de la gran cita sin un solo minuto. Suplente en el empate ante Marruecos (2-2) y el mismo resultado ante la anfitriona Rusia (1-1) antes de que los penaltis mandaran a casa a la Roja en uno de los partidos de mayor impotencia que se recuerdan: 78% de posesión y una sola ocasión clara de gol.
Desde noviembre de ese 2018, Azpilicueta desapareció de las listas. Dos años y siete meses sin ser llamado. "Llegué relativamente rápido a la absoluta y no he tenido continuidad pero la verdad es que nunca había conseguido demostrar en la selección lo del Chelsea", aseguró con autocrítica.
"No jugué a mi nivel, hay que ser humilde y autocrítico. Por eso tenía tantas ganas de volver, tenía esa espinita. Había jugado ratos, sin continuidad, y desde la Eurocopa conseguí darle la vuelta, jugar más, demostrar mi nivel y ahora tengo una oportunidad fantástica en el Mundial", añadió.
A sus 33 años llega el que será su último Mundial y lo encara con la ilusión de enterrar las malas sensaciones de los dos vividos: "El objetivo es jugar siete partidos. Viví mi debut en un Mundial y no fue lo que hubiese querido. Ves la otra cara de la moneda, lo difícil que es. Hay pequeños detalles que marcan la diferencia. Ahora queremos estar hasta la final pero vamos a ir paso a paso".
Roberto Morales