De la euforia a la impotencia: hinchas uruguayos sufrieron el duelo con Ghana
Montevideo, 2 dic (EFE).- En un vaivén de emociones que fue de la euforia de gritar dos goles tras una atajada salvadora a la impotencia de perder el boleto a octavos por un gol de Corea del Sur, los uruguayos sufrieron el agridulce duelo con Ghana desde una Montevideo teñida de Celeste.
Montevideo, 2 dic (EFE).- En un vaivén de emociones que fue de la euforia de gritar dos goles tras una atajada salvadora a la impotencia de perder el boleto a octavos por un gol de Corea del Sur, los uruguayos sufrieron el agridulce duelo con Ghana desde una Montevideo teñida de Celeste.
Gritos eufóricos, sonrisas, lágrimas y agarradas de cabeza fueron algunas de las expresiones que pasaron por los rostros y las manos de los miles de uruguayos que se concentraron en la céntrica explanada del Palacio Municipal de Montevideo durante el encuentro.
Con la mirada clavada en la pantalla que la Dirección Nacional de Impresiones y Publicaciones Oficiales (IMPO) tiene en su fachada sobre la principal avenida de la capital; así vivieron los hinchas, que acudieron con la bandera pintada en la mejilla, gorros y camisetas celestes, un intenso partido contra la selección ghanesa.
Luego de un dulce primer tiempo en el que la emoción llegó con dos goles de Giorgian de Arrascaeta, cuyo nombre estaba en boca de los fanáticos desde el empate sin goles con Corea del Sur, en que este no fue titular, la tensión creció con la infructuosa revisión del VAR de un posible penalti para la Celeste.
Es que ya en la primera mitad los del país suramericano habían padecido con rabia el penalti a favor de Ghana que finalmente André Ayew dejó en manos del guardameta celeste, Sergio Rochet.
Justamente fue al 'Chino' Rochet a quien muchos de los fanáticos concentrados le dedicaron un cántico, aunque sonaron más "Soy celeste, celeste soy yo" y "Volveremos a ser campeones, como la primera vez".
A lo que en muchos resonaba el verso "Nunca favoritos, siempre desde atrás", de una canción del músico Pitufo Lombardo, la esperanza seguía viva cuando un gol del coreano Hwang Hee-Chan al final del duelo simultáneo entre el asiático con Portugal echó por tierra las chances uruguayas.
Una vez que las últimas pelotas no dieron respiro a los dirigidos por Diego Alonso y el árbitro pitó el final, la amargura, la decepción y la rabia se hicieron presentes en Montevideo.
"Estuve en todo momento con el corazón en la boca, impresionante pero no se dio, lástima", dijo a EFE Antony Díaz, uno de los fanáticos, que expresó su "descontento" con el arbitraje por el posible penalti para Uruguay no validado.
Algo parecido manifestaron Karina y Andrés, quienes dijeron sentir "tristeza" y "lástima" por no haber podido clasificar a octavos.
"Vengo de Málaga para ver una fiesta y bueno. Pero no pasa nada, se perdió dignamente, con la cabeza en alto", resumió este último fanático, que seguirá en adelante a la Furia roja española.